Los marianistas franceses llegan a España en 1887. Fundan el primer colegio en San Sebastián. Al año siguiente lo harán en Jerez y posteriormente en Vitoria y Cádiz. En poco tiempo hay un gran crecimiento, tanto de religiosos como de obras educativas. Entre otras razones, se debe al éxito de la propuesta pedagógica innovadora que aportan los marianistas y a la realidad social y religiosa de nuestro país en la primera mitad del siglo XX.
La presencia de los marianistas en España se ha ido adaptando a las diferentes necesidades sociales, animando obras muy diversas. Actualmente, algunas se llevan en colaboración con otras congregaciones.
El estilo pedagógico marianista se ha plasmado en cada uno de los centros, ofreciendo una educación de calidad a la sociedad española. Para ello ha sido significativo el liderazgo de algunos educadores marianistas como el P. Domingo Lázaro, figura clave no sólo para los marianistas sino para la educación católica en España.
Desde los años 60 los religiosos marianistas fueron llamados por los obispos para asumir la animación de diferentes parroquias.